Impacto económico de las elecciones generales 2026

Elecciones generales
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Las elecciones generales de Perú, programadas para el 12 de abril de 2026, marcarán un hito en la historia política del país. Además de renovar la presidencia, los 130 diputados, 60 senadores y 5 parlamentarios andinos, el proceso electoral también traerá consigo el regreso al Congreso bicameral. 

Este será un período clave, en el que el país buscará encontrar estabilidad política y económica después de años de incertidumbre y crisis institucional. Sin embargo, la fragmentación política, la inseguridad y los desafíos económicos marcarán el rumbo de los comicios, donde un alto porcentaje de votantes aún se encuentra indeciso sobre sus preferencias.

 

Contexto Político

El país vive una transición política desde octubre de 2025, luego de la vacancia de Dina Boluarte, quien fue destituida por «incapacidad moral permanente» en un proceso aprobado con 123 votos en el Congreso. José Jerí Oré, quien asumió como presidente interino, dirige un gobierno de transición con el objetivo de preparar el país para las elecciones presidenciales. Aunque Jerí no se postula para 2026, su administración enfrenta múltiples desafíos, entre las que destacan denuncias que afectan directamente a la confianza en su gobierno.

A pesar de que el actual presidente interino busca evitar la polarización, el descontento con la clase política es alto. Según encuestas recientes, un 84% de los peruanos no confía en los actuales candidatos, mientras que un 60% aún se considera indeciso. Este panorama refleja la enorme fragmentación que caracteriza al sistema político peruano, con más de 40 partidos registrados para las elecciones de 2026, un récord en términos de dispersión del voto.

 

Fragmentación Electoral

A medida que se acerca la fecha de las elecciones generales, los principales candidatos están emergiendo, aunque la volatilidad sigue siendo una constante. En las encuestas de octubre de 2025, Rafael López Aliaga, líder de Renovación Popular, mantiene el primer lugar con un 10-12% de intención de voto, especialmente fuerte en Lima, donde la preocupación por la inseguridad es notable. Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, también se perfila como una de las principales contendientes, aunque su rechazo sigue siendo alto (46%).

Por otro lado, figuras emergentes como Mario Vizcarra, hermano del exmandatario Martín Vizcarra, y otros outsiders como Carlos Álvarez (País para Todos) están ganando terreno en varias regiones del país. En este sentido, la fragmentación del voto es evidente, con más de un 60% de los votantes aún indecisos o dispuestos a votar en blanco. Esta situación refuerza la idea de que las elecciones generales 2026 podrían ser un “mal menor”, donde muchos opten por elegir al candidato que consideran menos perjudicial, en lugar de uno que realmente los inspire.

Según el último informe de Ipsos (octubre 2025), el 56% de los votantes considera que la inseguridad es uno de los principales problemas del país, lo que refuerza el protagonismo de López Aliaga. El mismo estudio señala que la polarización geográfica sigue siendo notable: la derecha domina en Lima, mientras que la izquierda tiene mayor presencia en el sur y centro del país.

 

Crisis de Confianza

Más allá de las encuestas, la fragmentación política refleja una crisis de confianza hacia los partidos tradicionales. La corrupción, la incapacidad de los políticos para generar soluciones eficaces y la falta de una oferta política clara han impulsado el auge de candidatos outsiders. Esta polarización no es nueva en la historia reciente de Perú, pero en 2026 adquiere una nueva dimensión, donde la desconfianza hacia los actores políticos institucionales es mayor que nunca.

Para entender mejor esta fragmentación, es necesario considerar cómo las divisiones regionales y las crisis políticas pasadas han afectado al voto. La división entre la capital, Lima, donde residen los sectores más acomodados, y las regiones del sur y centro, donde se concentran los sectores más empobrecidos, es uno de los factores clave detrás de esta polarización. En este contexto, el futuro de Perú depende no solo de las políticas de los candidatos, sino también de la capacidad de la sociedad para superar las divisiones históricas y los agravios sociales.

Según el informe del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), las divisiones políticas en el país están profundamente arraigadas en desigualdades económicas y sociales que datan de varias décadas.

 

Proyecciones Económicas

Desde el punto de vista económico, Perú atraviesa una fase compleja. Aunque la economía se espera que crezca entre un 2.9% y un 3.5% en 2025, impulsada principalmente por la minería, las proyecciones para 2026 apuntan a una desaceleración debido a la incertidumbre política y electoral. Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el crecimiento del PIB en 2026 podría reducirse a un 2.7% debido a la volatilidad política.

El precio del cobre, uno de los principales motores de la economía peruana, es una de las variables más influyentes. A pesar de los desafíos, las reservas internacionales del país se mantienen sólidas, lo que permite cierta estabilidad. Sin embargo, factores externos como las políticas de la Reserva Federal de Estados Unidos y las relaciones comerciales con China pueden alterar la estabilidad del sol, que en octubre de 2025 se cotizaba a S/ 3.37 por dólar, nivel más bajo desde 2020. 

Incluso, muchos tienen dudas sobre cuánto podría valer el dólar durante las elecciones generales 2026. Si bien es cierto no se puede predecir eso, pero si podemos ver en tiempo real cómo va fluctuando el precio para tomar decisiones financieras con la información necesaria y para eso hemos desarrollado el siguiente gráfico:


 

Impacto Económico de la Política

Las políticas propuestas por los candidatos podrían tener un impacto significativo en la economía peruana. Por ejemplo, si un candidato aboga por políticas pro-mercado, se impone, es posible que veamos un fortalecimiento de la inversión privada, particularmente en sectores clave como la minería. En contraste, si el país opta por un gobierno más nacionalista podríamos ver un aumento de la incertidumbre y un debilitamiento del sol debido a un posible desajuste en las políticas fiscales y económicas.

Las encuestas también apuntan a una alta preocupación por la inseguridad, que podría influir directamente en las decisiones económicas, ya que la percepción de riesgo puede desalentar la inversión extranjera directa (IED), que en 2025 se proyecta en alrededor de US$ 8-10 mil millones. Además, las reformas laborales y previsionales podrían generar costos adicionales para el gobierno y para las empresas, lo que podría afectar negativamente la economía en 2026.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la estabilidad política es crucial para mantener la confianza de los inversionistas. En un informe de 2024, el FMI destacó que la incertidumbre política en países con economías emergentes suele llevar a una reducción de la IED en hasta un 20%.

 

Conclusión

En resumen, las elecciones presidenciales en Perú de 2026 estarán marcadas por la incertidumbre política y económica. El alto grado de fragmentación política y la desconfianza generalizada hacia los candidatos representan un desafío significativo para el proceso electoral. Además, la situación económica, aunque en crecimiento, enfrenta varios riesgos externos e internos que podrían afectar la estabilidad del país.

Los votantes peruanos, en su mayoría indecisos, se encontrarán ante la difícil tarea de elegir entre un abanico de opciones políticas que ofrecen visiones muy diferentes para el futuro del país. Será crucial que los ciudadanos se informen adecuadamente sobre las propuestas de los candidatos y sus posibles implicaciones para la economía y la sociedad.

En un clima de polarización y desconfianza, la participación activa de los ciudadanos será esencial para asegurar que las elecciones generales 2026 sean legítimas y representativas. Solo a través de un voto informado y responsable se podrá superar la crisis de confianza y avanzar hacia una nueva etapa de estabilidad y progreso para Perú.

 

Preguntas Frecuentes

¿Cuándo son las elecciones presidenciales en Perú 2026?

Las elecciones generales están programadas para el domingo 12 de abril de 2026. En caso ningún candidato presidencial obtenga más del 50% de votos válidos, se realizará una segunda vuelta en junio de 2026.

¿Qué se elegirá en las elecciones de 2026 en Perú?

En las elecciones generales 2026 se elegirá 1 Presidente, 130 Diputados y 60 Senadores.

¿Cuántos partidos están inscritos para las elecciones?

Hay 43 partidos políticos oficialmente inscritos ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Esta cifra representa un récord de fragmentación política en el país.

¿Quién es el presidente actual de Perú y por qué?

El presidente interino es José Jerí Oré, congresista de Somos Perú, quien asumió el 10 de octubre de 2025 tras la vacancia de Dina Boluarte por “incapacidad moral permanente”, aprobada por 123 votos en el Congreso.

¿José Jerí será candidato en 2026?

No. Jerí ha declarado públicamente que no participará como candidato presidencial y que su prioridad es garantizar un proceso electoral ordenado, neutral y transparente.

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